• Terapia Ocupacional

El proceso de terapia ocupacional comienza con una evaluación integral para identificar fortalezas, dificultades y necesidades del paciente. Se analizan sus habilidades motoras, cognitivas, sensoriales y sociales para diseñar un plan de intervención personalizado.

Uno de los principales objetivos de la terapia ocupacional es fomentar la autonomía del paciente en sus actividades diarias, como el autocuidado, alimentación, movilidad y participación social.

Se trabaja en el fortalecimiento de la motricidad fina y gruesa, coordinación, equilibrio y fuerza, promoviendo un mejor control y desempeño en las actividades diarias.

En pacientes con dificultades sensoriales, se aplican estrategias para mejorar la regulación de los estímulos del entorno, favoreciendo el bienestar y la adaptación a diferentes situaciones.

Se enseña al paciente estrategias y adaptaciones para facilitar tareas cotidianas como vestirse, alimentarse, desplazarse y comunicarse de manera más eficiente e independiente.

La terapia ocupacional ayuda a mejorar la atención, memoria, planificación y resolución de problemas, especialmente en personas con trastornos neurológicos o dificultades en el aprendizaje.

Se brinda apoyo para mejorar la autoestima, el manejo de emociones y la socialización, facilitando la adaptación a diferentes entornos y promoviendo la inclusión.

Se realizan ajustes en el hogar, escuela o lugar de trabajo para facilitar la accesibilidad y funcionalidad, además de enseñar el uso de prótesis, órtesis y dispositivos de apoyo.

En personas con accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales o enfermedades neurodegenerativas, se trabaja en la recuperación de habilidades motoras y cognitivas para mejorar su calidad de vida.

Se desarrollan estrategias para mejorar la adaptación escolar, promoviendo el aprendizaje, la concentración, la escritura y la interacción con los demás.

La terapia ocupacional se realiza en conjunto con otros profesionales de la salud, además de incluir a la familia en el proceso terapéutico, brindando estrategias y orientación para un mejor acompañamiento del paciente.

La terapia ocupacional trabaja en la mejora de las habilidades sociales, la comunicación y la integración sensorial en niños y niñas con TEA. Se aplican estrategias personalizadas para promover la autonomía en actividades diarias y facilitar la adaptación escolar y social.

Se aborda la impulsividad, inatención y dificultad para regular el comportamiento en niños y adultos con TDAH. El tratamiento incluye el fortalecimiento de la concentración, la organización y la gestión de impulsos, mejorando el rendimiento académico y social.

La terapia ocupacional ayuda a regular la respuesta a estímulos sensoriales (sonidos, luces, texturas), en personas con hipersensibilidad o hiposensibilidad. A través de actividades específicas, se mejora la capacidad de adaptación a diferentes ambientes.

Niños con retrasos en el desarrollo motor y/o cognitivo pueden beneficiarse de la terapia ocupacional para mejorar su motricidad fina y gruesa, coordinación, y habilidades para realizar tareas cotidianas como vestirse, comer y jugar.

En casos de parálisis cerebral, la terapia ocupacional ayuda a mejorar las habilidades motoras y la funcionalidad de los pacientes. Se implementan técnicas para trabajar el control motor, la postura y la movilidad, promoviendo la independencia.

Los niños con dificultades de aprendizaje, como la dislexia, pueden mejorar su capacidad de concentración, memoria y organización a través de la terapia ocupacional. Se aplican métodos para optimizar la motricidad fina y la escritura, facilitando el aprendizaje escolar.

Los pacientes que han sufrido un ACV pueden experimentar debilidad o parálisis en una parte del cuerpo. La terapia ocupacional ayuda a recuperar habilidades motoras y cognitivas, mejorando la funcionalidad en las actividades diarias y promoviendo la rehabilitación.

Las personas que han sufrido lesiones físicas o han pasado por cirugía pueden experimentar limitaciones en sus movimientos o autonomía. A través de la terapia ocupacional, se trabaja en la rehabilitación física, en la mejora de la fuerza y en la adaptación de las actividades cotidianas.

En personas con enfermedades neurodegenerativas, la terapia ocupacional ayuda a mantener las habilidades motoras, la memoria y la independencia en las actividades cotidianas. Se aplican estrategias para mejorar la calidad de vida y la funcionalidad.

Niños y adultos con discapacidad intelectual se benefician de la terapia ocupacional para mejorar la motricidad, la autonomía en actividades cotidianas, y la integración social. Se enseñan habilidades adaptativas que fomentan la independencia y el bienestar.

La terapia ocupacional aborda problemas relacionados con el sueño y la regulación emocional, ofreciendo técnicas para mejorar el descanso y la gestión de emociones, especialmente en niños con dificultades para manejar el estrés o la ansiedad.